Hidrógeno Verde: la próxima frontera energética argentina

Por Ing. Pedro A. Basara, MBA, Especialista en Gestión en Nuevas Tecnologías y Transformación Digital, Secretario de Extensión ESEADE y Fundador de VirtualEd

En medio de una transición energética global que avanza pese a retrocesos políticos, Argentina posee vientos patagónicos, radiación solar y agua de mar: los tres factores críticos para producir hidrógeno verde. Pero necesita decisiones rápidas, marco regulatorio adecuado e inversión temprana para aprovechar el ciclo. Este informe propone una mirada profesional y propositiva para convertir ciencia en exportación de alto valor.

Executive Summary: El Hidrógeno Verde

Argentina está ante una de sus mayores oportunidades productivas de este siglo: insertarse de manera temprana en la cadena de valor global del hidrógeno verde.

Este artículo analiza el mercado internacional, los principales clientes, las etapas técnicas del proceso, el rol de la inversión extranjera directa, la competencia regulatoria y las ventajas naturales del país para convertirse en exportador líder.

Comprender la transición energética y el papel del hidrógeno

La transición energética es el cambio estructural global hacia fuentes limpias y sostenibles. El hidrógeno, en particular el verde, se perfila como vector clave para descarbonizar sectores donde la electrificación directa no es viable: siderurgia, fertilizantes, transporte marítimo y aviación.

Existen diversos tipos de hidrógeno según su origen:

  • Verde: producido por electrólisis usando energías renovables. Emisiones cero.
  • Azul: producido con gas natural pero con captura y almacenamiento de carbono.
  • Gris: producido con gas natural sin captura. El más común hoy.
  • Rosa: producido con energía nuclear.
  • Turquesa: mediante pirólisis de metano con carbono sólido como subproducto.

El hidrógeno verde será la fuente preferida para cumplir los compromisos climáticos a 2050, especialmente en Europa, Japón y Corea.

Demanda global y posicionamiento estratégico

Según el Hydrogen Council, la demanda mundial podría superar las 300 millones de toneladas anuales hacia 2050.

Los principales importadores proyectados son:

  • Unión Europea: por su dependencia energética y restricciones climáticas.
  • China: por necesidad de descarbonización de su industria pesada.
  • Japón y Corea: economías tecnológicas con escasos recursos renovables.

Las rutas energéticas del futuro ya se están trazando: hidrovías hacia Rotterdam y Shanghái son los nuevos gasoductos. Argentina puede posicionarse como proveedor confiable si actúa rápido.

Etapas técnicas de la producción de hidrógeno verde

Para comprender de forma integrada la oportunidad industrial del hidrógeno verde en Argentina, presentamos a continuación un esquema sintético de su cadena de valor, desde la generación de energía hasta la exportación y los encadenamientos industriales secundarios:

Figura 1. Cadena de Valor del Hidrógeno Verde en Argentina.
Nota: Elaboración propia con base en IEA (2023), Hydrogen Council (2024). Fuente: Ing. Pedro A. Basara, MBA (2025).

Este esquema permite visualizar de manera clara los nodos críticos que requieren inversión, articulación público-privada y marcos regulatorios adecuados. En particular, destaca la necesidad de planificar de forma simultánea la generación renovable, la infraestructura de procesamiento y los accesos logísticos, para lograr competitividad a escala global.

La cadena de producción de H₂ verde implica una serie de pasos técnicos y logísticos:

  1. Generación de energía renovable (eólica/solar).
  2. Acceso y tratamiento de agua marina (desalinización).
  3. Proceso de electrólisis (para separar hidrógeno del agua).
  4. Compresión, licuefacción o amonificación (según destino).
  5. Almacenamiento y transporte (terrestre o marítimo).
  6. Infraestructura portuaria de aguas profundas (para buques especializados).

Cada etapa requiere inversiones específicas, capacidades tecnológicas y planificación territorial integrada. Comprenderlas permite identificar los puntos críticos para atraer inversiones y desarrollar capacidades nacionales.
Ventajas heredadas de Argentina

Argentina cuenta con ventajas estructurales:

  • Los vientos más constantes del hemisferio sur en la Patagonia.
  • Altísima radiación solar en Cuyo y el Noroeste.
  • Acceso al agua marina y disponibilidad de tierras en zonas despobladas.
  • Capacidad industrial e institucional en ciencia aplicada (CONICET, CNEA, universidades, INVAP).

Estos elementos le otorgan una competitividad natural única si logra articular una estrategia nacional coordinada.
Ubicación estratégica e inversión estimada para cubrir el 10% de la demanda global

La magnitud del desafío implica pensar en grande. Para abastecer el 10% del mercado global (30 millones de toneladas anuales), se estima necesario:

Ubicación sugerida: Patagonia Atlántica, con acceso a puertos de aguas profundas como San Antonio Este o Bahía Blanca, cercanía a fuentes renovables y espacio disponible. Esta ubicación permite reducir los costos logísticos y facilita la salida directa a mercados internacionales.

¿Qué hacer con los subproductos como la carnalita?

La desalinización produce como subproducto concentrado de sales (salmuera). Entre ellas, la carnalita (cloruro doble de magnesio y potasio) puede tener aplicaciones:

  • Fertilizantes de alta demanda.
  • Industria del magnesio (aleaciones y baterías).
  • Su aprovechamiento puede integrar una economía circular y generar valor adicional.

Comparativa internacional de marcos de incentivo: Chile, Marruecos y Australia

En la competencia global por captar inversión en hidrógeno, varios países han avanzado con modelos regulatorios específicos:

  • Chile: posee una estrategia nacional de H₂ con metas claras, incentivos fiscales, apoyo a pilotos, licitaciones renovables exclusivas para H₂, y financiamiento multilateral.
  • Marruecos: articuló acuerdos bilaterales con Alemania, ofrece exenciones impositivas en zonas francas y acceso prioritario a infraestructura.
  • Australia: estableció Hydrogen Hubs con subsidios federales, coordinación estatal y créditos blandos para la cadena completa.

Argentina puede tomar elementos de estos modelos para definir su propio RIGI sectorial, alineando incentivos fiscales, portuarios y ambientales con exigencias de contenido local e innovación.

El rol de la inversión extranjera directa (IED)

El desarrollo del hidrógeno verde en Argentina no podrá realizarse solo con fondos públicos. Se requerirá una estrategia activa de atracción de inversión extranjera directa, especialmente en etapas de infraestructura intensiva como electrólisis y puertos.

La competencia global es feroz: Marruecos, Chile, Namibia y Australia están captando capitales con marcos regulatorios ágiles y facilidades fiscales. Argentina necesita claridad normativa, estabilidad macroeconómica y una política proactiva de promoción de inversiones.

Propuesta de una gobernanza federal del hidrógeno

Una estrategia exitosa requiere un modelo de gobernanza que articule Nación, provincias, municipios, universidades y sector privado. Se propone la creación de una Agencia Nacional del Hidrógeno, con competencias técnicas, regulatorias y de coordinación internacional.

Este organismo debería:

  • Supervisar estándares técnicos.
  • Otorgar certificaciones de origen renovable.
  • Coordinar incentivos e infraestructura compartida.
  • Representar al país en foros internacionales de hidrógeno.

¿Es necesario un nuevo RIGI para el hidrógeno verde?

La magnitud de inversiones necesarias para cubrir una porción significativa del mercado global requiere un entorno de incentivos robusto. Si bien el Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) puede ser aplicable, un capítulo específico para el sector de hidrógeno podría generar mayor tracción internacional.

Este régimen debería estar enfocado en crear certidumbre jurídica, fiscal y administrativa para inversiones de gran escala.

Un RIGI sectorial podría contemplar medidas como:

  • Estabilidad fiscal por 30 años, clave para proyectos con alto CAPEX y retorno de largo plazo.
  • Exención de retenciones a la exportación por una década, generando señales claras para empresas globales.
  • Amortización acelerada de bienes de capital, mejorando el flujo de caja de los inversores.
  • Reintegros por inversiones en infraestructura compartida, como líneas de alta tensión o desalinización.
  • Ventanilla única para autorizaciones ambientales, portuarias y energéticas, acortando plazos y reduciendo la burocracia.

Esta combinación permitiría reducir el costo de capital y alinear los plazos del negocio con retornos razonables para los inversores, facilitando el ingreso de capital internacional.

Empresas argentinas que podrían liderar el ecosistema

Argentina no parte de cero. Existen numerosos actores empresariales que pueden desempeñar roles clave en diferentes eslabones de la cadena del hidrógeno.

El desarrollo de este nuevo sector no implica únicamente atraer firmas extranjeras, sino activar un entramado productivo nacional con capacidades técnicas, industriales y logísticas.

Entre las empresas con potencial de liderazgo se destacan:

  • YPF Luz, Genneia, Pampa Energía: con experiencia consolidada en generación de energía renovable.
  • IMPSA e INVAP: líderes en manufactura de componentes tecnológicos complejos y soluciones integradas.
  • Techint, a través de Tenaris y Tecpetrol: con expertise en infraestructura, gas y fabricación de tuberías especiales.
  • TGS y Grupo Albanesi: con redes de transporte energético que podrían reconvertirse al H2.
  • Aluar, Mirgor, Insud, Ledesma: actores industriales que pueden actuar como usuarios estratégicos o inversores en la nueva economía del hidrógeno.

Además, el ecosistema científico nacional —CONICET, universidades, INTI— será clave para certificar procesos, desarrollar nuevas tecnologías y formar talento.

Impacto en la balanza comercial argentina

La oportunidad económica que representa el hidrógeno verde es de una magnitud pocas veces vista. Si Argentina logra posicionarse como proveedor del 10% de la demanda global estimada para 2035, podría generar exportaciones por USD 60.000 millones anuales.

Este valor es casi el doble de lo que genera hoy el complejo sojero, y triplica el valor de exportaciones actuales de Vaca Muerta. El hidrógeno podría convertirse en la principal cuenta exportadora del país, aportando divisas genuinas, empleo de calidad y desarrollo regional.

Por ello, no se trata solo de una apuesta energética o climática: es una estrategia de desarrollo económico de largo plazo que puede modificar estructuralmente el perfil exportador argentino.

Qué se discute hoy en el Congreso

Actualmente hay al menos dos proyectos de ley en tratamiento legislativo. Ambos buscan establecer un marco integral que permita ordenar, incentivar y controlar el desarrollo del hidrógeno en sus distintas formas.

Entre los temas más relevantes que abordan se encuentran:

  • La clasificación por tipo de hidrógeno (verde, azul, rosa, gris), y la definición de criterios de trazabilidad.
  • La necesidad de certificación de origen renovable, para garantizar elegibilidad en mercados exigentes como la Unión Europea.
  • Incentivos fiscales, subsidios y tarifas diferenciales para facilitar la inversión inicial.
  • Condiciones para asociaciones público-privadas e incorporación de capital privado.
  • La obligación de participación local en los proyectos, tanto en infraestructura como en operación.

Algunas provincias ya han avanzado de forma independiente. Río Negro, por ejemplo, firmó acuerdos con Fortescue Future Industries para desarrollar un polo de H2. Sin embargo, la falta de un marco nacional homogéneo genera incertidumbre en los inversores internacionales.

Un marco regulatorio claro, moderno y alineado con estándares internacionales es condición necesaria para convertir potencial en realidad.

Eelegir temprano para liderar el futuro

Argentina tiene lo que el mundo necesita, pero debe tomar decisiones ya. Si logra articular su ciencia, territorio y diplomacia energética con un marco legal de largo plazo, puede transformarse en proveedor estratégico global.

Entrar tarde implicará importar tecnología, resignar márgenes y perder posicionamiento. Entrar temprano significa liderar la narrativa, industrializar el conocimiento y sumar miles de millones de dólares en exportaciones limpias.

Además, se estima que el mercado global requerirá más de 300 millones de toneladas de hidrógeno limpio hacia 2050, lo que implica una oportunidad de exportación sin precedentes para países que logren eficiencia en producción, infraestructura y gobernanza.

El desarrollo de una plataforma integrada en la Patagonia —que articule renovables, agua, electrólisis y salida portuaria— puede convertir al país en uno de los pocos jugadores capaces de ofrecer H2 verde llave en mano a escala industrial.

La carnalita y otros subproductos de la desalinización deben ser evaluados para usos industriales o como fertilizantes, reforzando la economía circular y maximizando el valor agregado nacional.

La localización estratégica, la riqueza de recursos naturales y la ventana geopolítica configuran para Argentina un escenario inmejorable, si se gestiona con visión, profesionalismo y reglas de juego claras.

El hidrógeno no es solo una promesa energética: es una plataforma para un nuevo modelo productivo basado en conocimiento, integración territorial e inversión extranjera directa.

 

Vinculación con ESEADE

¿Está su organización lista para aprovechar esta nueva frontera energética? Desde ESEADE facilitamos el diálogo entre actores públicos, privados y académicos para definir hojas de ruta de alto impacto.

Desde ESEADE promovemos espacios de reflexión sobre los desafíos del desarrollo argentino, combinando tecnología, productividad e innovación. Este artículo forma parte de una serie de análisis sobre sectores de alto impacto donde el conocimiento y la articulación público-privada pueden posicionar a la Argentina en cadenas de valor globales.

Este artículo forma parte de nuestra misión de fomentar la articulación público-privada en sectores que pueden cambiar la matriz productiva de Argentina.

Apostamos al conocimiento como base de la soberanía energética y tecnológica.

 

Sobre el Autor:
Pedro A. Basara es Consultor en Innovación Estratégica y Transformación Digital, asesor del Senado de la Nación en temas de Energía, Minería e Industria e Innovación de la Educación Superior. Es Secretario de Extensión de ESEADE Universidad, Fundador de VirtualEd y presidente de Fundación INNOVED.
Es Ingeniero Industrial, Especialista en Gestión de Nuevas Tecnologías por Ajou University (Corea del Sur) y MBA en Dirección de Empresas. Tiene más de 15 años de experiencia como docente, conferencista y asesor estratégico de negocios, experto en procesos de transformación digital.
Pedro publica regularmente artículos de análisis estratégico sobre tecnología, desarrollo productivo, modelos de negocio y liderazgo digital. Su estilo combina visión global, conocimiento técnico y enfoque aplicado a la realidad argentina y latinoamericana.
Ha asesorado a importantes empresas y corporaciones de Argentina y Latinoamérica, organizaciones gubernamentales y universidades. Participa en Congresos como Conferencista y debates públicos sobre los desafíos del desarrollo económico regional.

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