Energía nuclear en el siglo XXI: la fuente olvidada que vuelve a liderar la transición energética

Por Ing. Pedro A. Basara, MBA, Especialista en Gestión en Nuevas Tecnologías y Transformación Digital, Secretario de Extensión ESEADE y Fundador de VirtualEd

Países como Alemania, Francia y Japón reactivan sus planes nucleares ante la crisis energética global. Argentina, con una cadena de valor integrada y capacidades científicas de nivel mundial, está ante una oportunidad histórica para escalar su liderazgo regional. ¿Puede el sector privado y la inversión internacional sumar en esta nueva etapa?

Executive Summary: 5 claves del nuevo paradigma nuclear:

  • Retorno global de la energía nuclear: impulsado por la necesidad de estabilidad, bajas emisiones y menor dependencia geopolítica del gas.
  • Argentina como líder regional: con tres centrales activas, dominio del ciclo del combustible y una red científica consolidada.
  • Cambio de políticas internacionales: Alemania, Japón y Francia revierten decisiones anteriores y apuestan por la nuclear como parte central del mix energético.
  • Espacio para el sector privado e inversores globales: nuevas tecnologías como los SMR abren oportunidades para consorcios público-privados.
  • Más allá de la electricidad: medicina, alimentos, industria y ciencia son sectores estratégicos vinculados al desarrollo nuclear.

Una fuente que vuelve a iluminar el futuro

En el marco de un mundo que exige nuevas respuestas ante la transición energética, la energía nuclear vuelve a estar en el centro del debate como una de las soluciones de base firme para garantizar el abastecimiento eléctrico, disminuir las emisiones y preservar la seguridad energética de las naciones.

Luego de una etapa en la que muchos países desincentivaron su desarrollo, hoy se vive un claro retorno a su valorización. Alemania, ejemplo paradigmático del cierre de centrales, ya discute abiertamente su reversión. Francia, Japón, Reino Unido, China y Estados Unidos han relanzado programas nucleares.

La energía nuclear: segura, limpia y constante

Contrario a prejuicios instalados, la energía nuclear es una de las más seguras y limpias del mundo. No emite gases de efecto invernadero durante su operación, y la cantidad de residuos generados es mínima en comparación con la energía fósil. Si bien requiere una gestión cuidadosa de sus elementos irradiados, los avances tecnológicos han demostrado que con regulaciones estrictas y buena práctica operativa, se trata de un sistema absolutamente controlable.

Además, a diferencia de otras fuentes renovables que dependen del clima o la geografía, la energía nuclear ofrece una potencia estable las 24 horas, sin intermitencias. Esta característica es clave para cualquier país que busque mantener una matriz energética equilibrada y resiliente.

Comparación regional: la posición de Argentina

A nivel latinoamericano, Argentina lidera en infraestructura y experiencia nuclear. Con tres centrales en operación —Atucha I, Atucha II y Embalse— y una capacidad instalada superior a los 1.600 MW, el país aporta cerca del 7% de su energía eléctrica mediante esta fuente.

Para entender mejor el posicionamiento de Argentina dentro del escenario energético regional, es clave observar cómo se distribuye la matriz energética en los países latinoamericanos con infraestructura activa o ambiciones nucleares. A continuación, se presenta un gráfico comparativo de las fuentes de generación energética predominantes.

Gráfico 1
Composición de la Matriz Energética en América Latina (2025)
Nota: Elaboración propia en base a datos estimados de organismos oficiales de energía y reportes multilaterales. Fuente: Ing. Pedro A. Basara (2025).

Como puede observarse, Argentina presenta una de las proporciones más altas de energía nuclear en su matriz energética, mientras que Chile se apoya principalmente en renovables y Brasil mantiene una combinación destacada con énfasis hidráulico (dentro del grupo de renovables). Estos contrastes evidencian la heterogeneidad regional, así como la oportunidad de Argentina de escalar su perfil técnico hacia una matriz más diversificada, resiliente y limpia, combinando desarrollo nuclear con expansión renovable.

Para dimensionar la posición de Argentina en el contexto regional, se presenta a continuación una tabla comparativa que sintetiza los principales indicadores del desarrollo nuclear en América Latina. La misma contempla capacidad instalada, número de centrales activas, participación en la matriz energética e institucionalidad técnica de respaldo.

Tabla 1. Capacidad Nuclear Instalada y Marco Institucional en América Latina (2025)
Fuente: Elaboración propia en base a organismos oficiales de energía y agencias nucleares nacionales. Fuente: Ing. Pedro A. Basara (2025).

Como se observa, Argentina no solo lidera por infraestructura operativa, sino también por el grado de consolidación institucional (CNEA, NA-SA, INVAP), lo cual la posiciona con una plataforma integral para escalar en el nuevo ciclo nuclear.

Brasil la sigue en capacidad instalada, pero sin desarrollo propio del ciclo de combustible, mientras que el resto de los países latinoamericanos aún no cuentan con centrales activas ni organismos especializados con capacidad de diseño o operación.

“Argentina no solo tiene reactores; tiene ciencia, industria y talento para liderar una nueva etapa tecnológica en América Latina”

Si bien lideramos la región, en comparación con las economías desarrolladas de la OCDE, Argentina presenta una participación nuclear relevante, aunque aún por debajo del liderazgo de potencias consolidadas. Francia, por ejemplo, obtiene cerca del 70% de su electricidad de origen nuclear, mientras que EE.UU. ronda el 18%, Japón se encuentra en fase de reactivación y estabilización con niveles próximos al 8%, y Alemania, tras haber cerrado sus centrales, mantiene actualmente una participación nula aunque en debate de reversión.

El promedio nuclear de estos cuatro países oscila en torno al 24%, lo cual sitúa a Argentina con su 7% en una posición intermedia-alta para América Latina, pero aún distante de los estándares de países líderes en la tecnología. Sin embargo, lo destacable es que, a diferencia de muchos de estos casos, Argentina posee el dominio autónomo del ciclo del combustible y una red científica estatal consolidada, lo que le otorga una plataforma diferencial para escalar su participación con menor dependencia externa.

Cambio de paradigma: Alemania y el regreso a la energía nuclear

Durante décadas, Alemania fue el emblema de la Energiewende (transición energética) hacia fuentes renovables. Sin embargo, tras el cierre de sus últimas centrales en 2023 y el posterior impacto geopolítico del conflicto en Ucrania, la discusión sobre retomar proyectos nucleares volvió a escena.

Los elevados costos del gas, la intermitencia de las renovables y la necesidad de seguridad energética llevaron a repensar su matriz. En 2024, diversos partidos políticos, asociaciones científicas y think tanks comenzaron a impulsar una reapertura regulada de instalaciones nucleares y la exploración de reactores modulares pequeños (SMR) como solución escalable y flexible.

Este giro no es aislado. Francia ha lanzado un plan de construcción de 6 nuevos reactores. Japón reactivó centrales tras más de una década de cierre parcial. Reino Unido propone un mix nuclear-renovable. Estados Unidos incentiva a privados para invertir en nuevos desarrollos.

Nuevo enfoque: ¿RIGI para energía nuclear?

Con el impulso de reformas orientadas a la inversión privada en sectores estratégicos, resulta oportuno explorar un esquema especial tipo RIGI (Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones), adaptado al sector nuclear.

Argentina podría convocar al sector privado —nacional e internacional— a integrarse a los futuros proyectos de Cuarta y Quinta Central Nuclear de Potencia, bajo un marco legal que garantice:

  • Estabilidad fiscal y regulatoria a 30 años.
  • Amortización acelerada de inversiones.
  • Libre disponibilidad de divisas para repago.
  • Participación conjunta con CNEA o NA-SA en sociedades operadoras.

Este tipo de marco sería atractivo para compañías del sector energético, constructoras con experiencia en grandes obras, proveedores de componentes de alta tecnología, y fondos de inversión sostenible.

Modelos internacionales de referencia: Canadá y Corea del Sur

Canadá implementó un modelo mixto a través de Ontario Power Generation (OPG), una empresa pública que licita y contrata a privados para construcción, mantenimiento y operación de nuevos reactores. Ejemplo reciente: el proyecto de SMR en Darlington, donde participan firmas como GE-Hitachi y SNC-Lavalin en consorcio técnico-financiero.

Corea del Sur, por su parte, a través de Korea Hydro & Nuclear Power (KHNP), desarrolló alianzas estratégicas con compañías de ingeniería y manufactura como Doosan y Kepco E&C, con contratos llave en mano que luego integran financiamiento externo con garantías estatales.

Ambos modelos combinan la rectoría estatal con eficiencia de mercado, algo replicable en Argentina si se diseña un marco jurídico confiable y moderno.

Argentina y su autonomía en el ciclo del combustible nuclear

Gráfico 2
Ciclo del combustible nuclear en Argentina [Infografía].
Nota: Elaboración propia en base a fuentes institucionales (CNEA, NA-SA, INVAP). Fuente: Basara, P. A. (2025).

Uno de los activos más estratégicos del sistema nuclear argentino es su capacidad de manejar de forma autónoma todo el ciclo del combustible, desde la extracción del uranio, su conversión, enriquecimiento, hasta la fabricación de las barras combustibles que alimentan los reactores.

El circuito comprende:

  • Minería de uranio en zonas como Sierra Pintada.
  • Conversión química y fabricación de dióxido de uranio (UO₂).
  • Enriquecimiento en Pilcaniyeu, con tecnología desarrollada por la CNEA.
  • Producción de elementos combustibles en la planta de Ezeiza.

Esta independencia no solo garantiza soberanía energética, sino que posiciona a Argentina como potencial proveedor regional.

El ecosistema nuclear argentino: un caso de excelencia científica e industrial

La Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) lidera un entramado de centros de investigación, desarrollos tecnológicos y formación de recursos humanos que se ha consolidado por más de siete décadas.

Desde el Centro Atómico Constituyentes, con sus laboratorios de materiales y computación, hasta el Centro Atómico Ezeiza, referente en ingeniería nuclear y producción de radioisótopos, la Argentina ha sostenido capacidades que pocos países en desarrollo han logrado consolidar.

Mi experiencia compartida con colegas de CNEA, durante más de ocho años de consultoría profesional, incluyendo proyectos estratégicos con Presidencia de la CNEA, me permite afirmar con conocimiento directo que se trata de un equipo técnico y humano de primer nivel mundial.

Formación internacional: del Balseiro al mundo

El Instituto Balseiro, ejemplo de formación científica en América Latina, fue sede del programa intensivo de la World Nuclear University, del cual tuve el honor de participar.

Realmente esas son las grandes oportunidades que te brinda la vida en el desarrollo profesional, esta iniciativa, respaldada por la Agencia Internacional de Energía Atómica (IAEA), buscaba al igual que lo sigue haciendo ahora, formar líderes globales comprometidos con el uso pacífico, responsable y eficiente de la energía nuclear, conociendo sus tecnologías, utilización y mitigación de riesgos.

Industrias derivadas: más allá de la generación eléctrica

La energía nuclear abre la puerta a múltiples industrias de alto valor agregado, de las cuales argentina tiene capacidad científica y tecnológica en varias de ellas (temas que les compartiré en próximas notas):

  • Medicina nuclear: diagnóstico por imágenes, radioterapia, producción de radiofármacos.
  • Agroindustria: irradiación de alimentos para su conservación.
  • Industria farmacéutica: esterilización de insumos.
  • Aplicaciones industriales: trazadores, ensayos no destructivos, análisis de materiales.
  • Investigación científica: reactores multipropósito, ciclotrones y desarrollo de nuevos materiales.

Estos sectores serán abordados en una próxima nota, con foco en las capacidades nacionales y su integración con políticas de innovación productiva.

Próximos escenarios y recomendaciones estratégicas

Argentina tiene un ecosistema maduro, infraestructura disponible y experiencia técnica. El paso siguiente es definir un nuevo modelo de gobernanza y financiamiento que permita escalar esta capacidad con eficiencia.

“En el siglo XXI, quien domina la energía limpia y estable no solo abastece su matriz, sino que redefine su lugar en el tablero global”.

Recomendaciones estratégicas:

  • Actualizar el marco regulatorio para habilitar modelos asociativos con el sector privado nacional e internacional.
  • Promover licitaciones abiertas para proyectos SMR con componentes locales.
  • Desarrollar un Plan Federal de Energía Nuclear, con participación de provincias, universidades y polos industriales.
  • Establecer mecanismos de garantía de financiamiento (público-multilateral-privado).
  • Posicionar al sector nuclear dentro de la estrategia nacional de exportación de tecnología y servicios.

El potencial argentino en esta industria no es solo técnico: es también una oportunidad geopolítica, productiva y educativa. Integrar a inversores globales con visión de largo plazo puede potenciar una nueva etapa del desarrollo energético nacional.

 

Vinculación con ESEADE

En ESEADE, impulsamos el desarrollo de capacidades estratégicas para sectores de alto valor agregado como la energía nuclear. Nuestros programas ejecutivos y espacios de articulación público-privado están diseñados para acompañar a líderes institucionales, empresas tecnológicas y organismos científicos en la creación de políticas, talentos y modelos de negocio que integren conocimiento, innovación y desarrollo productivo.

Si tu organización está explorando oportunidades en el ámbito de la transición energética, la formación de capital humano especializado o la planificación de consorcios público-privados en energía, desde la Secretaría de Extensión de ESEADE podemos colaborar en el diseño de una hoja de ruta a medida.

Apostamos al conocimiento como base de la soberanía energética y tecnológica.

Sobre el Autor:
Pedro A. Basara es Consultor en Innovación Estratégica y Transformación Digital, asesor del Senado de la Nación en temas de Energía, Minería e Industria e Innovación de la Educación Superior. Es Secretario de Extensión de ESEADE Universidad, Fundador de VirtualEd y presidente de Fundación INNOVED.
Es Ingeniero Industrial, Especialista en Gestión de Nuevas Tecnologías por Ajou University (Corea del Sur) y MBA en Dirección de Empresas. Tiene más de 15 años de experiencia como docente, conferencista y asesor estratégico de negocios, experto en procesos de transformación digital.
Pedro publica regularmente artículos de análisis estratégico sobre tecnología, desarrollo productivo, modelos de negocio y liderazgo digital. Su estilo combina visión global, conocimiento técnico y enfoque aplicado a la realidad argentina y latinoamericana.
Ha asesorado a importantes empresas y corporaciones de Argentina y Latinoamérica, organizaciones gubernamentales y universidades. Participa en Congresos como Conferencista y debates públicos sobre los desafíos del desarrollo económico regional.

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