De plataformas a civilizaciones: por qué las empresas ya no solo crean mercados, crean ciudades
Ya no se trata solo de conquistar mercados o lanzar productos. Hoy, las empresas más poderosas del mundo están rediseñando la base misma del hábitat humano: las ciudades. Este fenómeno abre una discusión crítica sobre el futuro del urbanismo, la democracia, y el rol del Estado en el siglo XXI. En este artículo, analizamos los casos más disruptivos, sus modelos de gobernanza y el impacto que pueden tener sobre América Latina.
Por Ing. Pedro A. Basara, MBA, Especialista en Gestión en Nuevas Tecnologías y Transformación Digital, Secretario de Extensión ESEADE y Fundador de VirtualEd
En las últimas dos décadas, grandes empresas tecnológicas pasaron de transformar industrias a rediseñar ciudades desde cero. Proyectos como Starbase (SpaceX), Neom (Arabia Saudita), Telosa (Marc Lore) y Xiongan (China) muestran que el futuro urbano será moldeado tanto por plataformas como por gobiernos. Estas nuevas “corporaciones civilizatorias” impulsan modelos de gobernanza, regulación, urbanismo y ciudadanía que desafían la lógica estatal tradicional. El artículo analiza sus motivaciones, riesgos, casos concretos y oportunidades para América Latina. Las empresas ya no compiten solo por mercado: compiten por civilización.
Urbanismo Exponencial – la nueva frontera del poder empresarial
Durante siglos, los Estados fueron los grandes diseñadores de ciudades. Pero hoy, las empresas tecnológicas y los visionarios privados están ocupando ese rol. No se trata solo de invertir en infraestructura: están fundando ciudades nuevas desde cero, con principios propios, sistemas de gobernanza alternativos y lógicas de mercado incrustadas en la arquitectura urbana. El mundo asiste al nacimiento de lo que podríamos llamar corporaciones civilizatorias.
Las ciudades que dominarán el siglo XXI no serán solo más inteligentes: serán más autónomas, más privadas y más corporativas.
De plataforma a territorio: la escala de la ambición
El salto de las empresas del software al ladrillo no es improvisado. El control del territorio ofrece una ventaja estratégica integral: dominio del entorno regulatorio, logístico, social y productivo.
Tabla 1 – Motivaciones principales de las ciudades corporativas
Fuente: Elaboración propia en base a McKinsey Global Institute, 2024
Estas ciudades son, en muchos casos, prototipos funcionales donde el urbanismo, la ciudadanía y la economía se integran bajo una sola arquitectura de control.
Casos emblemáticos: cuando las empresas fundan hábitat
• Starbase (SpaceX) – Busca operar como una ciudad autónoma en Boca Chica, Texas, con infraestructura y gobierno propio para la exploración espacial.
• Neom (Arabia Saudita) – USD 500.000 millones para una ciudad lineal gestionada por inteligencia artificial. Sin autos, calles, ni emisiones.
• Telosa (Marc Lore) – Ciudad en el desierto de EE.UU. con propiedad colectiva del suelo, gobernanza digital y transparencia radical.
• Xiongan (China) – Coproducida por el Estado chino y techs como Tencent y Alibaba. Gobernanza algorítmica total con big data.
Estas ciudades no solo son habitables, son plataformas de gobernanza experimental.
¿Quién gobierna las ciudades privadas?
Aquí surge la cuestión crítica: ¿pueden las empresas ejercer funciones tradicionalmente públicas?
Tabla 2 – Modelos emergentes de gobernanza urbana
Fuente: Harvard Kennedy School Urban Innovation Lab, 2023
Una ciudad sin instituciones democráticas es una startup sin ética pública.
Más allá de las smart cities: el capitalismo territorial
Las smart cities actuales digitalizan lo existente. Estas nuevas urbes, en cambio, son creadas ex nihilo, optimizadas por código, diseñadas para la eficiencia total.
Tabla 3 – Diferencias clave entre smart cities y ciudades corporativas
Fuente: Deloitte Urban Futures Report, 2024
Dilemas éticos emergentes en las ciudades corporativas
La irrupción de ciudades creadas por empresas no solo plantea desafíos estratégicos, sino también interrogantes éticos y políticos profundos que aún carecen de marcos regulatorios adecuados.
Algunos dilemas clave incluyen:
- Derecho a la ciudad: ¿Puede una ciudad ser diseñada con criterios puramente empresariales sin considerar el acceso equitativo a la vivienda, los servicios y la participación ciudadana?
- Ciudadanía algorítmica: En ciudades como NEOM, muchas decisiones urbanas serán tomadas por inteligencia artificial. ¿Quién audita esos algoritmos? ¿Quién responde ante sesgos o errores?
- Privacidad y vigilancia: Modelos como Xiongan se basan en datos masivos. ¿Cómo se protege la intimidad de los ciudadanos cuando el Estado o la empresa son dueños del entorno digital y físico?
- Representación y legitimidad: En proyectos como Starbase, los residentes no eligen a sus representantes. ¿Es legítimo vivir en un entorno gobernado por una empresa sin mecanismos democráticos?
Reflexionar sobre estos temas no solo es vital para los gobiernos y las ONG, sino también para las propias empresas que buscan liderar estas transformaciones sin comprometer su licencia social.
Roadmap para empresas: cómo participar en el futuro urbano
Las empresas no solo pueden adaptarse a estas transformaciones, sino anticiparlas y liderarlas. Este roadmap ofrece un esquema estratégico para actuar frente a los nuevos modelos de ciudad:
Fase 1 – Observación Estratégica
Analizar cómo los cambios urbanos afectan tu industria (logística, retail, talento, energía, infraestructura). Identificar zonas de innovación emergentes en LATAM y el mundo.
Fase 2 – Posicionamiento y Alianzas
Explorar vínculos con gobiernos locales, polos tecnológicos y universidades para integrar mesas de diseño urbano o asesoría en planificación.
Fase 3 – Prototipado de servicios urbanos
Desarrollar soluciones específicas (movilidad, sustentabilidad, datos urbanos, inclusión) que puedan operar dentro de estos nuevos entornos.
Fase 4 – Participación activa en diseño o inversión
Participar en el financiamiento, desarrollo o asesoría de proyectos urbanos desde la visión de negocio y sostenibilidad.
Fase 5 – Gobernanza responsable y posicionamiento reputacional
Asegurar estándares éticos, regulatorios y de inclusión en los proyectos donde la empresa participa. Comunicar activamente su impacto positivo.
Marco Estratégico de Ciudades Corporativas
La Matriz de Impacto de Control Urbano permite clasificar los modelos emergentes de ciudades corporativas en función de dos ejes clave:
- Autonomía institucional: mide cuánta independencia tienen estas ciudades respecto de marcos estatales o jurisdicciones tradicionales.
- Participación ciudadana: evalúa el grado de involucramiento real de los habitantes en la toma de decisiones políticas, económicas o sociales.
Figura 1 – Matriz de Impacto de Control Urbano
Fuente: Adaptación propia basada en PwC Urban Strategy 2023
Para entender esta matriz y sus dos dimensiones, comparto un caso concreto de proyecto de ciudad real en la que podemos aplicarla como ejemplo representativo:
1. Alta Autonomía + Alta Participación Ciudadana → TELOSA
Telosa (EE.UU.), impulsada por Marc Lore, propone un modelo de gobernanza con fideicomiso común del suelo y participación directa de los habitantes mediante herramientas digitales y principios de transparencia radical. El urbanismo, la movilidad y las decisiones económicas se estructuran para garantizar inclusión y equidad. No depende de gobiernos tradicionales y busca crear instituciones propias.
Datos clave: 5 millones de habitantes proyectados, tecnología blockchain, gobernanza abierta, financiación privada inicial de USD 400 millones (CNBC, 2022).
2. Alta Autonomía + Baja Participación Ciudadana → STARBASE
SpaceX promueve Starbase en Texas como una ciudad privada, diseñada para facilitar la operación espacial sin interferencia regulatoria. Aunque goza de amplia autonomía operativa, no se han delineado mecanismos democráticos de gestión ciudadana. Elon Musk ha mencionado públicamente su intención de incorporar una administración propia, pero sin esquemas participativos. Datos clave: Proyecto no formalizado como ciudad legal. Actividad actual: lanzamientos espaciales y producción de cohetes. Gobernanza propuesta por fundadores (Bloomberg, 2021).
3. Baja Autonomía + Alta Participación Ciudadana → MEDELLÍN (Ruta N)
Medellín, Colombia, a través de la agencia Ruta N, ha desarrollado un modelo de urbanismo orientado a la innovación con fuerte participación comunitaria, programas de desarrollo social y gestión multiactor. Sin embargo, sigue operando bajo la estructura institucional del Estado, lo que limita su autonomía en rediseño estructural. Datos clave: Reconocida por ONU-Habitat, más de 400 startups aceleradas, integración con barrios vulnerables y presupuesto público sostenido (Ruta N, 2023).
4. Baja Autonomía + Baja Participación Ciudadana → XIONGAN / NEOM
Ambas ciudades están promovidas por Estados centralizados y grandes corporaciones tecnológicas. Su capacidad de innovación es alta, pero carecen de procesos participativos genuinos. La toma de decisiones está concentrada en élites políticas y empresariales, y los habitantes son concebidos más como usuarios que como ciudadanos. Datos clave: NEOM tiene un presupuesto de USD 500 mil millones. Xiongan se planifica con vigilancia masiva, algoritmos de comportamiento y diseño urbano desde Beijing. Gobernanza algorítmica sin voto ciudadano (FT, 2024; MIT Tech Review, 2023).
Latinoamérica: ¿potencial territorial, visión ausente?
Pese a contar con recursos estratégicos, talento digital y espacios disponibles, América Latina sigue fuera de este mapa. Falta visión estratégica, regulación experimental y articulación entre actores.
Ejemplo inspirador: Medellín, Colombia con su modelo Ruta N. Buenos Aires, Córdoba y Montevideo tienen potencial para ser polos de urbanismo tecnológico.
Recomendaciones estratégicas
1. Establecer zonas de gobernanza experimental en marcos jurídicos especiales.
2. Crear think tanks sobre innovación urbana público-privados.
3. Desarrollar estándares éticos desde la región.
4. Flexibilizar marcos regulatorios con participación ciudadana.
5. Impulsar formación ejecutiva en urbanismo estratégico.
Conclusión: ¿ciudades o civilizaciones corporativas?
Las ciudades fundadas por empresas son más que infraestructuras futuristas: son manifestaciones de nuevos órdenes políticos, económicos y sociales. Si no se regulan, pueden convertirse en laboratorios de concentración de poder. Pero si se entienden, co-diseñan y monitorean, pueden ser catalizadores de un desarrollo urbano inclusivo, sostenible y soberano.
En los próximos 20 años, veremos cómo se multiplican las iniciativas donde la empresa no solo ofrece trabajo, sino define el modo de vida, los derechos urbanos, el acceso a la energía, la movilidad y la gobernanza. Este fenómeno puede generar escenarios de mayor autonomía, pero también de exclusión y segmentación socioespacial radical si no se aborda con pensamiento ético, visión política y regulación democrática.
Quien diseña la ciudad, diseña el futuro. Y hoy, el lápiz lo tiene el sector privado.
Sobre el Autor: Pedro A. Basara es Consultor en Innovación Estratégica y Transformación Digital, Secretario de Extensión de ESEADE Universidad, Fundador de VirtualEd.
Es Ingeniero Industrial, Especialista en Gestión de Nuevas Tecnologías por Ajou University (Corea del Sur) y MBA en Dirección de Empresas. Tiene más de 15 años de experiencia como docente, conferencista y asesor estratégico de negocios, experto en procesos de transformación digital.
Pedro publica regularmente artículos de análisis estratégico sobre tecnología, desarrollo productivo, modelos de negocio y liderazgo digital. Su estilo combina visión global, conocimiento técnico y enfoque aplicado a la realidad argentina y latinoamericana.
Ha asesorado a importantes empresas y corporaciones de Argentina y Latinoamérica, organizaciones gubernamentales y universidades. Participa en Congresos como Conferencista y debates públicos sobre los desafíos del desarrollo económico regional.